Hace pocos días cogí el metro, caminé un poco y me fui a dar un paseo por Lavapiés.
Este viaje fue propiciado por la visita de mi hermana a Madrid, que, como todo turista, al ir a una ciudad lleva una lista de «cosas para ver», y así me fué enseñando las mejores exposiciones de la ciudad en la que vivo.
Esta pequeña aventura me sorprendió especialmente.
Lavapiés se ha convertido desde hace ya muchos años en un barrio multirracial y multicultural. Por ahí encontramos gente de todos los colores, oímos todo tipo de idiomas, podemos comer todo tipo de gastronomías…
Y quizá por esto, por ser un espacio tan multidimensional, Lavapiés también ha servido como espacio para nuevas formas de expresión.
El mercado de San Fernando es un ejemplo de ello. En un momento en que los mercados tradicionales de Madrid van cerrando poco a poco todos su puestos o convirtiéndose en modernos lugares de ocio como el de San Miguel o San Antón, el mercado de Lavapiés va abriendo paso a puestos que se corresponden con un nuevo modelo de sociedad, con una nueva forma de vida, agricultura biológica, pan ecológico, puestos de artesanía, también hay bares, talleres, y hasta una librería!!!
Pero sobre todo me impactó el edificio de Tabacalera, un espacio abandonado y reconvertido en sala de exposiciones.
La exposición fotográfica de José Manuel Ballesteros y el espacio se aúnan en una simbiosis perfecta, parecen hechos el uno para el otro. El preciosismo y el colorido de la fotografía del artista contrasta con el deterioro del majestuoso edificio. Y todo ello en el marco perfecto, en el barrio de Lavapiés, quizá el mejor lugar para enmarcarlo. Decadencia y modernidad, tradición y progreso.
Hazte una escapada a Lavapiés! no te arrepentirás. Y para acabar la aventura cualquiera de sus mútliples bares será el lugar perfecto, pero recomiendo el Gau&Café, desde su terraza tendrás unas estupendas vistas del barrio en un ambiente muy agradable.
Vale la pena el viaje!